En un momento donde el bienestar se ha convertido en tendencia 🌱, donde la salud mental se cuela en tertulias y los programas sobre “vida consciente” se multiplican en Spotify 🎧, es necesario hacernos una pregunta incómoda:
¿Quién financia estos discursos? ¿Y a qué intereses responden? 🤔💭
🏘️ De Airbnb a la gentrificación emocional
Hace poco escuché un podcast bastante conocido, de esos con producción impecable, entrevistas y tono inspirador. Todo parecía cuidadosamente diseñado para el disfrute… hasta que anunciaron que el episodio estaba patrocinado por Airbnb.
Y no pude evitar preguntarme: ¿cómo encaja una empresa que ha contribuido de forma directa a la especulación con la vivienda 🏢💸 y a la expulsión de vecinas de sus barrios, en un espacio que supuestamente promueve el bienestar?
No es un caso aislado. Vemos bancos hablando de salud financiera 🏦, cadenas de comida rápida financiando congresos de nutrición 🍔➡️🥗, y empresas energéticas impulsando “campañas ecológicas” 🌍🔋.
Es lo que se conoce como blanqueamiento mediático: lavar la imagen de marcas a través del patrocinio de formatos agradables, “progresistas” o “alternativos”. Y aunque pueda parecer una estrategia de marketing más, tiene consecuencias: anestesia el pensamiento crítico, neutraliza el conflicto y transforma lo político en neutro ⚪️📰.
💉 El discurso biomédico sobre la ob*sidad: otra forma de blanqueamiento
Este tipo de blanqueamiento no solo ocurre en los medios. También lo vemos en la ciencia y la medicina, especialmente cuando hablamos de gordura.
Durante décadas, se nos ha repetido que la ob*sidad es una “epidemia” 📈⚠️. Que hay que combatirla. Que es urgente tratarla. Que es peligrosa.
Pero ¿quién ha impulsado esa narrativa? ¿Y con qué intereses?
Muchos de los estudios que hoy alimentan esa visión han sido financiados por la industria farmacéutica 💊🏭, que ha desarrollado medicamentos como Ozempic o Saxenda. Medicamentos que se presentan como soluciones milagrosas, pero que forman parte de una maquinaria económica donde el cuerpo gordo es patologizado y convertido en mercado 💰📦.
Mientras tanto, las personas gordas siguen siendo estigmatizadas en las consultas médicas, en las escuelas, en los medios y en el empleo 🚫🏫🏥. Se les responsabiliza de su salud, se les excluye, se les invisibiliza. Todo en nombre de una supuesta ciencia que, en realidad, responde a intereses profundamente ideológicos y comerciales 🎭💼.
📣 Voces que incomodan, voces que sanan
Frente a todo esto, hay quienes han levantado la voz para señalar las grietas del sistema. Sus palabras y sus libros son auténticas herramientas de resistencia 💪✨:
- Sabrina Strings: Fearing the Black Body 📚🔍 nos recuerda que la gordofobia está ligada al racismo y al colonialismo, no a la medicina.
- Charlotte Cooper: Fat Activism 🎨🤝 habla del activismo gordo queer como lucha colectiva y radical por la visibilidad.
- Virgie Tovar: You Have the Right to Remain Fat ✊🍰 nos empodera para cuestionar la cultura de las dietas y reivindicar el placer.
- Marilyn Wann: Fat! So? 😂📖 desmonta el estigma con humor y datos, recordándonos que el orgullo gordo es un acto político.
- Magdalena Piñeyro: 10 gritos contra la gordofobia 🗣️📢 desmenuza la violencia corporal desde una mirada interseccional y feminista.
Y muchas otras voces —anónimas o no— que desde la experiencia vivida, el arte, el activismo o la investigación han desmontado las narrativas que dicen que un cuerpo gordo necesita ser “curado” 🩹🚫.
❓ ¿Qué hacemos con todo esto?
Este artículo no pretende ofrecer respuestas cerradas, sino abrir preguntas 🌱❓:
- ¿Somos conscientes de los discursos que consumimos? 📺🎙️
- ¿Quién está detrás de ellos? 👥🔍
- ¿A qué cuerpos representan? 🧍♀️🧍♂️
- ¿Y qué cuerpos dejan fuera? 🚷
No se trata de culparnos por lo que escuchamos o por los productos que usamos ✅❌. Pero sí de despertar el pensamiento crítico, de hacer espacio para el malestar que genera ver cómo se nos venden ideas de bienestar mientras se legitiman violencias 🤯🛡️.
Porque el bienestar real no puede construirse sobre la exclusión de nadie.
Pensar críticamente también es cuidarse. También es resistir. ✨✊