Vivimos en un mundo que no para de hablar de cuerpos 🙄. Redes sociales, anuncios, pelis, series… todo parece estar diseñado para recordarnos que hay una forma “correcta” de tener cuerpo. Pero… ¿de dónde viene ese ideal? 🤔 ¿Siempre ha sido el mismo? ¿Y cómo impacta en nuestra relación con la comida 🍞🍫🍕 y con nosotras mismas? 💬💭
Vamos a desmontarlo juntas 💪💖
🏛️ El ideal de belleza cambia (¡y mucho!)
Lo que hoy se considera “deseable” no siempre lo fue. La belleza no es una verdad universal, es una construcción social 📚. Y como toda construcción, cambia con el tiempo y el contexto 💡.
- En la Antigua Grecia 🏺 se valoraban cuerpos fuertes y atléticos… pero solo los masculinos 🙄.
- En el Renacimiento, las mujeres con curvas, piel clara y vientres redondeados eran símbolo de fertilidad y estatus 💃🍐.
- En los años 20, triunfaban los cuerpos andróginos, casi sin curvas, como reflejo de una nueva «liberación femenina» 💼🚬.
- En los 90 y 2000, llegó la era de la delgadez extrema 🚫🍽️ (sí, la de las revistas de adolescentes y el “heroin chic”…).
Y ahora, en plena era de Instagram 📱, TikTok 🎥 y filtros ✨… parece que se nos exige estar delgadas, pero con curvas, tener piel perfecta, pero sin maquillaje, ser «naturales»… pero dentro del molde. ¿Alguien más agotada? 😩
📲 Redes sociales: el espejo que distorsiona
Las redes sociales se han convertido en una parte inseparable de nuestras vidas. Pasamos horas al día en Instagram, TikTok, YouTube o Pinterest, viendo vídeos, fotos y “contenidos de bienestar” que, en teoría, deberían inspirarnos… pero muchas veces nos hacen sentir justo lo contrario 😔.
Y no es casualidad. Las redes no son un reflejo inocente de la realidad: son una vitrina cuidadosamente pensada, donde cada publicación está editada, filtrada y seleccionada para mostrar una vida “ideal” ✨. Un cuerpo “ideal”. Una alimentación “perfecta”. Una rutina “saludable” que, en muchos casos, esconde conductas obsesivas, restrictivas o directamente insostenibles.
🚨 ¿Qué pasa cuando todo lo que vemos son cuerpos normativos?
Cuando el algoritmo premia los mismos cuerpos una y otra vez —delgados, sin celulitis, sin estrías, con vientre plano, piel luminosa y outfits perfectos— empezamos a pensar que eso es lo normal. Que es lo deseable. Que es lo que deberíamos perseguir 😣.
Y entonces…
❌ Comer empieza a generar culpa.
❌ El ejercicio se convierte en castigo.
❌ Nos obsesionamos con “arreglar” nuestro cuerpo.
❌ Dejamos de disfrutar lo que antes nos gustaba.
❌ Y, lo más peligroso, empezamos a odiar lo que somos 🪞💔.
Esta exposición constante no solo alimenta la cultura de la dieta, sino que también puede ser un desencadenante o un mantenedor de trastornos de la conducta alimentaria (TCA), especialmente en adolescentes y jóvenes.
💄 El maquillaje del “bienestar”
Hoy en día, la presión estética ya no se disfraza solo de “moda” o “glamour”. Ahora se presenta bajo etiquetas como:
🥗 “Estilo de vida saludable”
🧘♀️ “Autocuidado”
💪 “Fitness”
🍵 “Detox”
🌱 “Clean eating”
Pero muchas veces, todo eso está cargado de gordofobia, control, miedo al cuerpo cambiante y una idea muy estrecha de salud, que no tiene en cuenta el contexto social, económico ni emocional de las personas.
🧠 Y mientras tanto… el algoritmo decide qué ver
El problema no es solo el contenido que se crea, sino también el que se nos muestra sin que lo pidamos. El algoritmo prioriza lo que genera más clics, likes y visualizaciones, y eso suele ser contenido que perpetúa estereotipos estéticos. Nos atrapa en una burbuja de comparación constante 🌀.
Además, es importante recordar que muchas influencers o creadoras de contenido que promueven ciertos cuerpos o estilos de vida están monetizando esa imagen. Es su trabajo, su marca personal, su forma de ganar dinero. Y eso no tiene nada que ver con tu valor como persona ni con lo que tu cuerpo necesita.
🤝 No es tu culpa (y no estás sola)
Este sistema está diseñado para que sintamos que siempre nos falta algo. Así, seguimos consumiendo, esforzándonos, comparándonos… Pero el problema no eres tú, es el sistema 🧠🔥
💬 Tu valor no depende de tu cuerpo.
💬 Comer no es un premio ni un castigo.
💬 Tu cuerpo no tiene que encajar en ningún molde para merecer respeto y cuidado.
💡¿Qué podemos hacer?
🔁 Cuestionar lo que vemos.
👣 Seguir cuentas que nos hagan bien.
🧠 Informarnos y entender cómo funciona la cultura de la dieta.
💬 Hablar de esto con otras personas (¡no estás sola!).
💗 Practicar la autocompasión, incluso en los días difíciles.
👉 Desarmar la presión estética no es un proceso lineal, pero sí posible.
Y empieza por mirar el mundo (y a ti misma) con otros ojos 👁️✨
¿Te sientes identificada? ¿Qué cosas has notado tú en tu relación con tu cuerpo y la comida a raíz de las redes? ❤️