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Permiso incondicional para comer: por qué dejar de controlar puede ser el principio de sanar

Por 30 de mayo de 2025Sin Comentarios

¿Y si el problema no es “la falta de control”, sino el propio discurso del control?
Vivimos en una sociedad que aplaude la restricción y glorifica la fuerza de voluntad, como si la comida fuera un campo de batalla donde hay que demostrar que sabemos decir “no”. Pero, ¿y si el verdadero acto de cuidado fuera aprender a decirnos “sí”?

En esta entrada vamos a desmontar el mito del control alimentario como sinónimo de salud, y a profundizar en el concepto de permiso incondicional para comer como un camino necesario —y radical— hacia la recuperación de la conexión con nuestro cuerpo 🧠🍞🫶.

🧱 ¿Qué es el permiso incondicional para comer?

El permiso incondicional para comer significa autorizarte a ti misma a comer cualquier alimento, en cualquier momento, sin culpa, sin condiciones ni castigos asociados.
No es un permiso “temporal” o “moderado”, sino una decisión sostenida de confiar en tus señales corporales, tus deseos y tus necesidades nutricionales y emocionales.

Este permiso es uno de los principios fundamentales de la Alimentación Intuitiva (Tribole & Resch, 1995) (aunque esta referencia no me encante por estar desactualizada hay que reconocer que viene de ahí jeje), y está respaldado por décadas de evidencia que demuestra que la restricción es uno de los factores que más alimentan los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y la relación conflictiva con la comida.

🔍 Crítica al discurso del control estimular

Desde la psicología, el “control de estímulos” ha sido utilizado como estrategia para reducir la ingesta de alimentos considerados problemáticos: evitar tener galletas en casa, comer solo en la mesa, no comprar “alimentos tentadores”, etc.

Aunque puede parecer “razonable”, este enfoque:

Reproduce la cultura de la dieta bajo una apariencia más “psicológica” o “científica”.

❌ Refuerza la idea de que el cuerpo y el deseo son peligrosos y deben ser controlados.

❌ Ignora el impacto de la restricción mental (no solo física), que está presente incluso cuando no estamos “a dieta”.

📌 Según un artículo publicado en Appetite (PubMed ID: 19778749), la restricción cognitiva —es decir, el simple hecho de pensar que no deberías comer algo— incrementa el deseo y la sobrevaloración de ese alimento, generando un ciclo de culpa, atracón y compensación.

🧪 ¿Qué dice la evidencia?

🔬 Tylka et al. (2015) demostraron que el permiso incondicional se asocia con menor insatisfacción corporal, menor probabilidad de comer emocionalmente y mayor bienestar psicológico (PubMed ID: 26877222).

🔬 Otro estudio encontró que las personas que se permiten comer libremente muestran menos conductas alimentarias desordenadas y mayor conexión con las señales de hambre y saciedad (PubMed ID: 23089277).

🔬 Además, la exposición repetida a los alimentos temidos (sin restricciones ni condiciones) reduce la ansiedad asociada y disminuye el impulso de comer en exceso (Polivy & Herman, 2002).

🌱 ¿Cómo se pone en práctica el permiso incondicional?

Aquí van algunas herramientas y ejemplos prácticos para empezar a cultivar este enfoque en tu día a día:

1. Haz un inventario de alimentos prohibidos 📝

Anota todos los alimentos que sientes que no “puedes” comer sin culpa, o que intentas evitar.

🔍 Pregúntate:

  • ¿De dónde vienen estas reglas?
  • ¿Están basadas en evidencias o en miedos aprendidos?
  • ¿Qué función cumple ese alimento en mi vida?

2. Incorpora esos alimentos desde la curiosidad y no desde la prueba de fuego 🍫

No se trata de obligarte a comerlos todos de golpe. Puedes empezar con uno, en un momento tranquilo, y observar cómo te sientes.

3. Cambia el lenguaje interno 🧠🗣️

Frases como “no debería”, “esto engorda”, “hoy me pasé” activan la culpa y reafirman la prohibición.

🌿 Sustitúyelas por otras como:

  • “Tengo derecho a comer esto.”
  • “Este alimento no define mi valor.”
  • “Estoy aprendiendo a confiar en mí.”

4. No necesitas tener hambre para tener permiso 🍩💬

El hambre en cualquiera de sus manifestaciones es siempre válida. Comer por placer, por cultura, por nostalgia o por conexión social es parte de una relación saludable con la comida.

5. Observa sin juicio y con paciencia ⏳

El permiso incondicional puede despertar miedo al principio. Es normal. Pero como todo proceso de deshabituación, con el tiempo el cuerpo encuentra su propio equilibrio. Y sí, muchas veces eso incluye desear más fruta, más variedad, más equilibrio… sin forzarlo.

💥 Conclusión: el control no es sinónimo de salud

El discurso del control sobre la comida y el cuerpo no solo no nos protege, sino que perpetúa el sufrimiento.
Recuperar el permiso incondicional es un acto político, terapéutico y profundamente humano. Es recordarte que tu cuerpo no es un problema que hay que corregir, sino un espacio digno de cuidado, escucha y respeto.