Amigas ¡Qué estreno podcast! 😅🎙️
Tenía muchas ganas de compartir con vosotras un espacio más tranquilo, así que voy a subir un episodio semanal y voy a dejar por aquí las notas de cada episodio, para que podáis leer todo lo que me había preparado pero se me ha olvidado mencionar en el episodio porque me voy por las ramas.
En este episodio quiero hablarte de un tema que seguramente te suena, porque está en todos lados: el boom del Ozempic como “milagro” para adelgazar.
Pero… ¿qué hay detrás de este fármaco? ¿Qué implicaciones tiene su uso? ¿Realmente mejora la salud o perpetúa el problema? Vamos a profundizar desde una mirada crítica, y, sobre todo, humana.
¿Qué es Ozempic?
Ozempic es el nombre comercial de un medicamento cuyo principio activo es la semaglutida. Está indicado para personas con diabetes tipo 2, ya que ayuda a regular los niveles de glucosa en sangre.
Pero lo que ha hecho que Ozempic esté en boca de todos no es precisamente su uso terapéutico, sino su capacidad para provocar pérdida de peso.
Tanto es así que ha empezado a recetarse (y a consumirse) masivamente con el único fin de adelgazar, incluso en personas que no tienen diabetes ni ninguna otra indicación clínica.
El discurso del “cuerpo ideal” y el mercado farmacéutico
Aquí entra el primer punto crítico: ¿por qué un medicamento para tratar la diabetes se convierte en un objeto de deseo?
Porque vivimos en una cultura profundamente gordofóbica que asocia delgadez con éxito, salud, control y belleza. Y esta obsesión colectiva con perder peso no es neutra: está alimentada por un sistema que gana dinero vendiendo soluciones a un “problema” que él mismo ha creado.
Las farmacéuticas, como Novo Nordisk (fabricante de Ozempic), no son ajenas a esto. Han capitalizado el estigma hacia los cuerpos gordos para vender una imagen: “Con este fármaco podrás ser la versión que se espera de ti”.
Y claro, la pérdida de peso se vende como sinónimo de salud, cuando en realidad salud y delgadez no son lo mismo. Esta confusión es peligrosa.
¿Qué implica realmente tomar Ozempic para perder peso?
Aunque a menudo se presenta como algo casi mágico, Ozempic no está exento de efectos secundarios: náuseas, vómitos, diarrea, pérdida de masa muscular, riesgo de pancreatitis, entre otros.
Además, cuando se deja de tomar, el cuerpo tiende a recuperar el peso perdido, lo que puede aumentar la frustración y empeorar la relación con la comida y el cuerpo.
Y esto es importante: el uso de Ozempic sin indicación médica puede alimentar conductas de riesgo y desórdenes alimentarios, especialmente en contextos donde ya hay una relación conflictiva con la comida o la imagen corporal.
Las consecuencias sociales e individuales
El mensaje implícito cuando se promociona el uso de Ozempic para adelgazar es claro: “tu cuerpo tal como es, no está bien”.
Esto refuerza la gordofobia estructural, y pone en peligro la salud mental y física de muchísimas personas, especialmente mujeres, personas trans, personas con TCA o personas que ya han sido medicalizadas o patologizadas por su peso.
Además, el auge de este fármaco está generando escasez para personas con diabetes que sí lo necesitan, lo cual es gravísimo.
¿Qué alternativas existen?
La alternativa no es otro fármaco ni otra dieta milagro. La alternativa es reconectar con el cuerpo, cuidar sin obsesión, comer con presencia, y construir una relación más amable con la comida.
Desde la nutrición, podemos acompañar en procesos de salud sin poner el foco en el peso, sin fomentar la culpa, sin prescribir el control como única vía.
Es urgente que los profesionales de la salud dejemos de reforzar el estigma y empecemos a hablar de salud en términos más amplios: acceso a alimentos, salud mental, descanso, vínculos, movimiento respetuoso…
Ozempic no es la solución. Es el síntoma de un sistema que medicaliza los cuerpos, que patologiza la diversidad y que convierte la delgadez en un mandamiento.
Espero que este episodio te haya dado herramientas para cuestionar, reflexionar y protegerte del ruido externo.
Si te ha gustado, te invito a compartirlo y a seguir el podcast. Puedes encontrar más contenido en mi cuenta de Instagram: @sofiagiaquinta_nutricion.
Gracias por estar ahí. Y recuerda: tu cuerpo no necesita ser arreglado, necesita ser escuchado.