Saltar al contenido principal
Novedades

🥦 Alimentación antiinflamatoria: ¿nueva moda o lo de siempre con otro nombre?

Por 8 de abril de 2025Sin Comentarios

En los últimos años, se ha hablado mucho de la “alimentación antiinflamatoria” como si fuera una revolución 🌪️ en la forma de comer. Pero… ¿realmente es algo nuevo? ¿O es una versión actualizada de lo que nuestras abuelas ya sabían? 🧓🍅

Además, ¿puede cualquiera permitirse comer así? ¿Qué impacto tiene en nuestra relación con la comida? Y lo más importante: ¿hay evidencia de que realmente funciona? Vamos a desgranarlo 🧵

🔍 ¿Qué es eso de la alimentación antiinflamatoria?

Este enfoque propone incluir alimentos que podrían ayudar a reducir la inflamación crónica 🔥. Hablamos de cosas como:

🥗 Frutas y verduras
🌾 Cereales integrales
🫘 Legumbres
🐟 Pescado con omega-3
🥜 Frutos secos
🫒 Aceite de oliva

Y evitar en exceso alimentos ultraprocesados, carnes muy grasas o azúcares añadidos 🚫🍭 (Disclaimer: esto es lo que dicen, no es lo que yo jamás promovería ni el lenguaje que usaría en una consulta sobre educación nutricional, más abajo os hablo sobre el efecto que tienen este tipo de recomendaciones restrictivas).

Lo curioso es que esto se parece muchísimo a la dieta mediterránea de toda la vida. De hecho, varios estudios han comprobado que esta forma de comer ayuda a reducir la inflamación y el riesgo de algunas enfermedades crónicas 🧠❤️
👉 Estudio en PubMed

🏛️ ¿Accesible para todo el mundo o solo para unos pocos?

Aquí viene una parte importante: seguir este patrón puede ser un reto para muchas personas. Aunque muchas de las recomendaciones son sencillas (como comer más legumbres o verduras), no todo el mundo tiene el mismo acceso económico, geográfico o cultural a esos alimentos 📉🍽️

De hecho, los estudios muestran que las dietas más proinflamatorias suelen darse en contextos con menos recursos económicos 💶
👉 Estudio en PubMed

Por eso, no podemos hablar de “alimentación antiinflamatoria” como si fuera una receta universal. Requiere tener en cuenta la realidad social y económica de cada persona 💬✨

❤️‍🩹 ¿Qué pasa con nuestra relación con la comida?

Aquí hay que tener cuidado. Cuando nos ponemos muy estrictas con lo que “hay que comer” y lo que “no se puede”, podemos entrar en dinámicas que generan culpa, rigidez y malestar 🧠🍽️

La alimentación también es placer, cultura y vínculo social. Si convertirla en una lista de “alimentos permitidos” genera ansiedad o desconexión, quizá nos estamos alejando del objetivo 🧭

La clave está en sumar, no restar. En incorporar más de lo que nos hace sentir bien, sin caer en prohibiciones absolutas 🥰

✅ ¿Cuándo tiene sentido este enfoque?

La evidencia científica sugiere que una alimentación centrada en alimentos ricos en fibra, con variedad de colores y sabores, puede ser útil en casos de:

🔹 Enfermedades inflamatorias crónicas
🔹 Dolor crónico
🔹 Trastornos metabólicos

👉 Estudio en PubMed

Eso sí, siempre adaptado a cada persona y sin convertirlo en una dieta rígida o con etiquetas moralizantes 🙅‍♀️

🤯 ¿Y qué pasa con la tensión por privación?

Otro punto clave: la evidencia también nos dice que cuanto más nos prohibimos, más se activa el deseo, el estrés y, a veces, el ciclo de restricción y atracón ⚖️🍕

👉 Estudio en PubMed

Por eso, es fundamental que cualquier cambio en la forma de comer esté basado en el autocuidado, el disfrute y la flexibilidad. No en el control, el miedo o la culpa 🫶 Y que se haga desde la información y el deseo, no desde el miedo y la obligación.

✨ En resumen

La alimentación antiinflamatoria no es una moda pasajera, pero tampoco una receta mágica. Tiene fundamentos científicos, sí, pero también limitaciones sociales y emocionales que hay que tener muy en cuenta.

💡 No se trata de hacerlo perfecto, sino posible.
💡 No se trata de excluir, sino de incluir con criterio y con calma.
💡 Y sobre todo, no se trata solo de lo que comemos, sino de cómo lo vivimos 💬🍲